La caricia del infierno es la segunda parte de la trilogía de los elementos oscuros, creada por Jennifer L. Armentrout, y una de las más esperadas de este año. ¿Queréis saber qué me ha parecido? ¡Seguid leyendo!

Este volumen nos trasporta por segunda vez hasta un mundo donde guardianes y demonios luchan diariamente. En esta ocasión, vemos cómo ambas especies pueden tener enemigos comunes lo que los llevará a forjar una frágil alianza donde nadie se puede fiar de nadie. Además, conoceremos más a fondo el lado demoníaco de Layla, sumergiéndonos en este oscuro y desinhibido mundo donde nada está prohibido.

¿Alguien ha dicho guardián?

Además, conoceremos las consencuencias que ha tenido la batalla desatada meses atrás, pues una terrorífica oscuridad ha emergido, arrastrándonos a vivir junto a todos esos impactantes acontecimientos, que tienen que ser solventados por nuestra heroína y su grupo de aliados.

La trama de este libro supera a su antecesor, se vuelve más oscura y peligrosa y, por supuesto, vuelve a no ser plana y no se ciñe básicamente al elemento fantástico. Armentrout consigue siempre darle una vuelta de tuerca para resolver misterios previamente planteados y formular otros nuevos, siempre manteniendos atrapados. Al mismo tiempo, sigue ilustrándonos de manera muy interesante sobre un tema cautivador como es la doble cara que todos tenemos: los límites difusos entre los buenos y los malos se difuminan aún más y, además, se entremezclan, de forma que es difícil saber cuál de los dos bandos es el más acertado. Se plantea algo muy interesante: ¿qué ocurre cuando ni uno mismo puede intergrarse en alguno de esos dos bandos enemistados? Esto despierta un debate profundo sobre el pensamiento y el sentimiento que no encuentra solución aunque se advierta que la balanza ya comienza a inclinarse hacia un lado...

Además, en esta ocasión la trama vuelve a ponerse a un nivel de intensidad desbordante, consigue hacerte necesitar seguir leyendo más y más. En serio, es adictiva y encima no hace más que dar giros y volverse cada vez más turbia, con más misterio, sangre, secretos. Y no hablemos del drama amoroso, porque ese sí que es grande.

Los personajes vuelven con fuerza, sobre todo Zayne, el guardián amigo de Layla, que ve posible esa relación que siempre deseó pero que le había sido prohibida y no duda en desavenir a los suyos en la nueva lucha que se avecina. Creo que la autora ha hecho una gran elección dándole más protagonismo, ya que un personaje como Zayne da mucho juego y era necesario conocer más de él. Me ha encantado que sea fiel a Layla y a sus principios en todo momento, y aunque Roth no me disgusta, tengo debilidad por Zayne, todo hay que decirlo. ¡Es taan tierno! Sé que todos preferís a Roth, pero me da igual, más Zayne para mí (*risa malvada*).

Roth, nuestro demonio de Nivel Superior, vuelve con una misión concreta que por fin se va a desvelar al completo. Al principio, todo hay que decirlo, se comporta como un capullo: es la viva encarnación del perro del hortelado, pero se le perdona porque en esta segunda parte se refleja que no es tan malo como a él le gusta pensar, sino que es capaz de actos de generosidad. Aun así nos hace sufrir una vez más: trae consigo noticias perturbadoras que anuncian un peligro inminente para toda la humanidad.

Mientras tanto, la realidad vuelve a asestarle un golpe que va a desequilibrar toda la vida de Layla, que ve cómo experimenta cambios en sus poderes, así como en su relación con quienes la rodean... No se sabe ya de lo que es realmente capaz. Ni ella misma lo sabe, así que sigue con su lucha interior y está cada vez más confusa y temerosa, sentimiento al que se une el dolor de cabeza producido por los amoríos, porque le es imposible aclarar lo que siente siente por cada uno de ellos. No la culpo: incluso a mí me ha resultado difícil decidir a quién de los dos prefiero, y si me las ha creado a mí, imaginad lo que tiene que pasar ella. A pesar de todo, no puedo evitar tener sentimientos encontrados con este tipo de clichés: por un lado me encanta leerlos, pero por otro empiezo a estar cansada de que la protagonista sea incapaz de elegir (y no, no siento compansión por ella en ningún momento). Sé que pueden llegar a ser muy persuasivos, pero Layla, querida, tú también puedes serlo y decir que no de vez en cuando, que es bueno para la salud. Porque no te aclaras, y me exasperan estas cosas. Aunque bien es verdad que es la segunda parte... Lógicamente no está todo el pescado vendido y hay que alargar ciertas cosas hasta la última parte de la trilogía.

El estilo es dinámico, fluido y atractivo, algo muy característico de Armentrout; el lenguaje y la expresión son muy actuales (nota: no viene a cuento pero me infinita gracia cuando alguien pregunta qué demonios. Claramente la autora lo hace a propósito) y en esta ocasión los capítulos son más cortos (me consta que hubo quien se quejó de que los de El beso del infierno eran bastante extensos). Las ambientaciones y descripciones son detalladas, aunque no en exceso, y las conversaciones y las relaciones transcurren con naturalidad. Creo que la autora posee una habilidad especidad para adentrarnos en la vida de los personajes a la vez que aporta ese toque de amor y paranormal, todo de forma tan hilada que cuando te das cuenta no te queda más remedio que devorar las páginas que te quedan. ¿El ritmo? Agil, preciso... Endemoniado, nunca mejor dicho. ¡Y qué final, señores, qué final! ¡Apoteósico! Está claro que a la autora le gusta destrozarnos y tenerlos en vilo otros pocos meses más, pero en esta ocasión se ha pasado... Cliffhanger brutal. Aunque he de decir que me lo venía oliendo desde el principio: las pistas estaban ahí, sólo hay que saber interpretarlas.

¿Yo? ¿Dejar de escribir estos finales? ¡Nunca! Muajaja

En definitiva, La caricia del infierno es una historia fantástica de demonios y gárgolas, una lucha entre el bien y el mal, con buenas dosis de romance, acción y aventuras. Una segunda parte fuerte, impactante y adictiva, donde Layla encontrará la verdad sobre sus capacidades y su mundo y abrirá los ojos a una realidad dura y peligrosa. Si os gustó El beso del infierno, este sin duda os va a sorprender mucho más.